Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://finnianiwul915045.canariblogs.com/el-cabezazo-de-zidane-y-su-impacto-cultural-53329698